Me llamo Gema y mi árbol favorito es la palmera de chocolate
Amante de la naturaleza y la sencillez. Defiendo y lucho por los derechos de los animales.
Cuando no estoy trabajando podrás encontrarme por cualquier parque paseando con mis perras.
La repostería saca mi lado más creativo y me hace perder la noción del tiempo.
Desde muy pequeña realicé acciones de voluntariado con mi grupo Scout del que, tiempo después, fui monitora. Tras esa experiencia he seguido colaborando como voluntaria en diferentes proyectos y asociaciones dedicadas a la infancia, especialmente, en las que trabajan con niños y niñas con problemas de exclusión social.
Estaba a punto de terminar el instituto y todavía no tenía ni idea de a qué quería dedicarme. El nacimiento de un familiar, hizo que me interesara por un curso sobre cuidados infantiles.
Empecé las prácticas en una escuela del barrio al salir de clase y fue ahí donde descubrí mi vocación. Al terminar el periodo de prácticas me contrataron. Acababa de cumplir 18 años y tenía un trabajo que me apasionaba y un sueldo para pagar mis estudios y cubrir mis gastos.
Fue así como comencé a compaginar estudios y trabajo. 14 años después no he parado de hacer ambas cosas.
Aparte de mi labor como educadora en escuelas infantiles, he trabajado como monitora de ocio y tiempo libre, como animadora en fiestas infantiles. Realizando y coordinando juegos, espectáculos y talleres, entre otras muchas cosas.
Estos años trabajando con niños y niñas han hecho que cada día esté más enamorada de mi trabajo, que tenga más ganas de seguir aprendiendo, de seguir explorando. Lamentablemente, estamos en un sistema carente de calidez humana en el plano educativo, donde las ratios son totalmente desproporcionadas y donde los maestros luchamos como podemos para cubrir las necesidades de los niños y las niñas.
Hace tiempo descubrí el mundo de la educación respetuosa y me di cuenta de que encajaba perfectamente con mi manera de entender y sentir la infancia. Para mí la educación respetuosa es una forma de ser contigo mismo y con los demás, que nace del respeto a la individualidad y a la persona. Es una forma de expresarse, comunicarse, ser.
Durante este proceso empecé a formarme y fui conociendo diferentes proyectos educativos y personas comprometidas con la infancia. Desde entonces, comencé a ilusionarme con la idea de crear yo también un espacio propio.
La ilusión, las ganas y mi descontento laboral hacían que la idea me rondara más y más por la cabeza.
4Gatos nace a raíz de la necesidad de realizarme tanto personal como profesionalmente. De ofrecer a la infancia lo mejor de mí. Un espacio de juego y crianza en el que poder ser y desarrollarse plenamente por encima de todo. En el que se cuide a los niños y a las niñas, a las familias y a los educadores. Un lugar para todas aquellas personas que crean que otra educación es posible y que el cambio lo producimos cada una de las personas que nos relacionamos con los niños y las niñas.
Comienzo esta nueva etapa de cambios completamente renovada, llena de energía y de ganas de hacer, de trabajar, de sentir, ¡¡¡llena de ganas de vivir!!!